Hace acerca de 9 mil años el hombre comenzó a criar sus propios animales, en lugar de salir a cazarlos. Alrededor de 500 años después, abandonó la recolección de frutos silvestres para iniciarse en el desarrollo de la agricultura y pronto dejo de depender de su entorno natural para conseguir el alimento. El hombre moderno fue modificando el paisaje y la vida de los habitantes del planeta. A medida que la población aumenta, el hombre necesita cada vez más tierras para cultivar cereales y criar ganado doméstico.
Bosques, praderas y pastizales fueron y son arrasados, y sus pobladores naturales expulsados o sometidos a vivir en un espacio sin refugio ni alimentos. Los alambrados limitan los desplazamientos de algunos. Los agros tóxicos y las trampas, quitan la vida de otros. La Tierra ya no es de los animales silvestres. Es de un hombre que los condena a desaparecer.
Irónicamente, hoy sólo la intervención directa del hombre, principal responsable del problema de la extinción, puede salvar a muchos animales de la desaparición.
Bosques, praderas y pastizales fueron y son arrasados, y sus pobladores naturales expulsados o sometidos a vivir en un espacio sin refugio ni alimentos. Los alambrados limitan los desplazamientos de algunos. Los agros tóxicos y las trampas, quitan la vida de otros. La Tierra ya no es de los animales silvestres. Es de un hombre que los condena a desaparecer.
Irónicamente, hoy sólo la intervención directa del hombre, principal responsable del problema de la extinción, puede salvar a muchos animales de la desaparición.
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